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El Gobierno interviene en el dólar y crece la incertidumbre antes de las elecciones
La Casa Rosada decidió frenar la suba de la divisa sin esperar al techo de la banda cambiaria. Para el economista Gabriel Fridrij, la medida refleja pragmatismo político, tensiona las reservas y anticipa riesgos inflacionarios y de recesión en los próximos meses.
El Gobierno oficializó su decisión de intervenir en el mercado cambiario sin esperar a que el dólar alcanzara el techo de la banda que habilita al Banco Central a regular la cotización. Aunque la medida se comunicó recién ahora, ya se hablaba de operaciones encubiertas que el Tesoro venía realizando sin anuncios públicos. El trasfondo, según analizó el economista Gabriel Fridrij, está directamente relacionado con el escenario electoral inmediato.
“La decisión tiene que ver con la proximidad de los comicios y con la necesidad de dar señales de control sobre el dólar, porque el tipo de cambio impacta en la inflación, en las expectativas y en la percepción de continuidad de las políticas económicas”, señaló Fridrij. El Gobierno, que en un principio defendió un esquema de libre flotación con bandas, ahora concentra sus esfuerzos en contener el techo, desplazando el foco del piso cambiario.
El economista advirtió que la sostenibilidad de esta estrategia está condicionada por las reservas disponibles y el poder de fuego real del Tesoro. “Se habla de intervenciones de 50 o 100 millones de dólares, con un acumulado de 1.500 millones en julio. La cuestión es cuánto puede durar este nivel de intervención, sobre todo si el resultado electoral del oficialismo no es favorable”, explicó.
Para Fridrij, la apuesta encierra riesgos concretos: “El mercado siempre termina cobrando estas decisiones. El Gobierno dice que es liberal, que no intervendrá, pero a la hora de los hechos la política es pragmática: se está interviniendo para que el dólar no se escape. El problema es que así se borra con el codo lo que se escribió con la mano”.
La política de absorción de pesos, los encajes y las altas tasas de interés ya están enfriando la economía. Según el especialista, “hay una paralización creciente, con impactos posibles en la actividad, el empleo y la recaudación. Aun así, no se logra contener del todo el valor del dólar”. En ese marco, anticipó que podría producirse un ajuste cambiario tras las elecciones, dependiendo de los resultados.
El escenario remite a dinámicas ya conocidas en los últimos años. “Esto tiene mucho parecido con lo vivido en 2021, 2022 y 2023. Hay un fuerte sesgo político sobre la economía, y el esquema fiscal también se tensiona: las tasas altas enfrían la actividad y encarecen el financiamiento del Tesoro”, indicó.
Finalmente, Fridrij concluyó que la coyuntura refleja la inmadurez de la economía argentina: “Estamos muy atados al corto plazo y a los resultados electorales. La volatilidad de estas semanas es prueba de una economía sensible e inmadura. La gran incógnita es si este sendero es sostenible después de las elecciones”.
Gabriel Fridrij
Director Authentica Consulting