Skip to main content

Mirá y escuchá el video

Lee la nota

Economía en tensión: reservas limitadas, dólar en el techo y un error de lectura política

El economista Gabriel Fridrij advirtió que el gobierno perdió control sobre las variables monetarias tras el desarme de las Leliq, no acumuló reservas en el momento oportuno y hoy enfrenta un escenario de alta incertidumbre. Mientras el oficialismo se aferra al equilibrio fiscal y la baja de la inflación, el mercado duda de la sustentabilidad del esquema cambiario de cara a octubre.

La economía argentina atraviesa semanas de alta volatilidad, marcada por la incertidumbre cambiaria y la capacidad real del Banco Central de sostener el dólar dentro de las bandas establecidas. El economista Gabriel Fridrij analizó la situación en diálogo con Carolina, remarcando que el principal problema hoy no es la inflación en sí, sino la falta de confianza y de reservas para enfrentar los próximos meses.

Según explicó, el quiebre comenzó cuando el gobierno decidió desarmar las Leliq, instrumento clave que el Banco Central utilizaba para regular la liquidez. Desde entonces, perdió control sobre las variables monetarias y cambiarias, quedando “por detrás de los acontecimientos” y sin lograr transmitir tranquilidad a los mercados.

“El único dato claro hoy es la incertidumbre, y eso nunca juega a favor ni de la economía ni de la sociedad”, subrayó Fridrij.

Reservas en debate

El punto más crítico está en el nivel de reservas. Mientras el gobierno asegura tener 22.000 millones de dólares disponibles, las consultoras privadas estiman apenas 17.400 millones de liquidez. Más allá de la diferencia, Fridrij advierte que el costo de sostener el dólar en el techo de la banda es muy alto y que, a esta altura, “la gran duda es hasta qué punto el mercado considera sustentable esta estrategia”.

Además, recordó que el error principal fue no acumular reservas cuando el tipo de cambio estaba más bajo, lo que hoy deja al Banco Central con poco poder de fuego.

El foco exclusivo en la inflación

Otro aspecto señalado es el error de diagnóstico del gobierno: concentrarse en la baja de la inflación y el equilibrio fiscal como los únicos objetivos, desatendiendo las expectativas sociales y la actividad económica.

La política de mantener artificialmente bajo el tipo de cambio obligó a subir fuertemente las tasas de interés, lo que terminó enfriando el crédito, el consumo y el empleo.

“La gente ve menos inflación, pero también menos oportunidades de ingresos, trabajo e inversión”, explicó.

Falta de reacción política

Para Fridrij, el gobierno tampoco supo reaccionar tras el golpe electoral en la provincia de Buenos Aires. No hizo un verdadero mea culpa ni introdujo correcciones de fondo, lo que acrecienta la percepción de rigidez política y económica.

La consecuencia es un escenario plagado de dudas: ¿puede el gobierno sostener el dólar hasta octubre? ¿A qué costo? ¿Y qué ocurrirá después, gane o pierda las elecciones?

Mientras tanto, el esquema de bandas cambiarias que el ministro Caputo ratificó vuelve a ser cuestionado. Muchos analistas creen que no será sostenible después de octubre, y la contradicción entre un discurso liberal y la intervención activa en el mercado genera aún más desconfianza.

Gabriel Fridrij
Director Authentica Consulting